martes, 24 de agosto de 2010

Datos de interés acerca del suicidio y la evaluación escolar

recientemente se ha encontrado que la mayoría de los estudiantes que tienen ideas suicidas se ven altamente influenciados por su rendimiento escolar. La evaluación que hacen los colegios de sus estudiantes incorpora muchos aspectos de carácter formal e informal que de una u otra manera apuntan a hacer juicios de valor sobre el desempeño escolar. Este concepto, en el lenguaje cotidiano de las instituciones educativas, involucra tanto los resultados académicos como muchos comportamientos y actitudes de niños, niñas y jóvenes. No es extraño que un padre o madre de familia sea convocado al colegio para recibir noticias de su hijo y, entre esas noticias puede enterarse de que “tiene una mala actitud” frente a una profesora, o que “se le ve triste”, o que es “insolente”, o que es “hiperactivo”, que “habla demasiado” o que “nunca participa”, que es “descuidado” con sus deberes o con el uso del uniforme... Estas observaciones suelen acompañar los resultados académicos en las entregas de informes que los maestros hacen al final de cada período y son muy significativos para las familias, en la medida en que los juicios emitidos les hablan de cosas muy fundamentales de sus hijos.

Desde luego, también están los reportes formales de rendimiento académico que pretenden ilustrar el avance en los aprendizajes exigidos por el plan de estudios del colegio. Los reportes académicos indican a los estudiantes y a las familias “cómo van”, si están aprendiendo o tienen dificultades en alguna “materia”, si hacen sus tareas, si participan en las actividades de clase… Todos estos reportes incorporan tanto elementos objetivos como apreciaciones subjetivas de los maestros. No es extraño que un estudiante sea considerado excelente por un maestro, mientras otro lo califica de una forma bastante negativa.

Reprobar el año escolar tiene un gran significado tanto para los padres como para los hijos. Los primeros pueden experimentar frustración porque ven defraudadas sus expectativas sobre el futuro de su hijo y los pone de cara a las posibles dificultades que esta situación puede evidenciar como problemas de rendimiento o de conducta. Por su parte, la mayoría de los niños y jóvenes reaccionan inicialmente con sentimientos de inconformidad, rabia, tristeza o temor. Para ambos puede implicar perder las ilusiones, el tiempo de trabajo, la energía, la inversión económica de los padres y no cumplir con las metas propuestas.

Aprobar o reprobar es una decisión difícil en la que deben estar involucrados los padres y el colegio. El impacto de la repetición puede ser distinto para cada niño dependiendo de muchos aspectos principalmente el que tiene que ver con las diferencias individuales. Muchos niños se benefician con el hecho de volver a cursar un grado, y los cambios, aunque dolorosos pueden reportar resultados positivos. Sin embargo, para otros la correlación es negativa ya que puede experimentarse como una fuerte sensación de fracaso lo que se traduciría muy seguramente en un menor desempeño.

Para los niños pequeños la mayoría de las veces esta decisión resulta beneficiosa, ya que la inmadurez es el motivo más frecuente por el cual no alcanzan los objetivos curriculares. El asunto, en este caso, es cuestión de tiempo y "quedarse repitiendo" es ganar en autoestima, confianza y seguridad en sí mismo. Cuando son adolescentes la situación es un poco más difícil por que las relaciones sociales están más estructuradas y no avanzar al año siguiente implica el alejamiento de su grupo de amigos que en ese momento es un referente de gran influencia. Sin embargo, muchas veces ellos mismos son conscientes que avanzar con ‘lagunas’ puede acarrearles más problemas en los años siguientes.

De cualquier forma, lo más importante es evaluar de manera precisa la situación particular con el propósito de comprender los factores que influyen en el aprendizaje exitoso. Perder el año no tiene que ser una tragedia familiar pero tampoco es un asunto que deba tomarse a la ligera.

El suicidio infantil y juvenil ha venido creciendo en el país y una de las causas es la pérdida del año escolar. Según Gloria Arias, directora de la Clínica Infantil de Colsubsidio, por esta época suelen llegar casos de intentos de suicidio de pequeños asustados con la reacción de sus padres frente a sus resultados académicos.

Está demostrado que perder el año afecta el desarrollo futuro de un estudiante porque altera su proyecto de vida y lo relega dentro del sistema educativo. Por eso, el Decreto 230 de 2002 establece que la institución educativa debe tomar las medidas necesarias para que no se llegue a la pérdida del año. Para ello, cada trimestre debe reunirse la Comisión de evaluación y promoción de cada grado para revisar los casos de estudiantes que van mal y establecer los refuerzos para su recuperación.

Un niño debe repetir el año cuando la Comisión de evaluación y promoción determina que los resultados fueron insuficientes o deficientes en tres o más áreas académicas, cuando ha obtenido en matemáticas o lenguaje insuficiente o deficiente en dos o más grados consecutivos de la educación básica, o por inasistencia injustificada.

Concepto de muerte en los niños


Saber las implicaciones de la muerte para un niño y lo que ella significa, ha interesado a muchos investigadores, quienes piensan que el concepto de muerte bien desarrollado puede prevenir accidentes graves, ya que ellos pueden reconocer la finalidad de sus acciones. Además, la idea que tenga un niño de la muerte constituye un factor relevante en el estudio del suicidio infantil, debido a que “si este concepto es incorrecto o insuficiente, resulta arriesgado juzgar como suicidio un acto que acaso no lo sea, por no existir la voluntad expresa de quitarse la vida” Polaino-Lorente (1998).

El desarrollo del concepto de muerte tiende a ser explicado por dos grandes enfoques. En primer lugar, está la línea descriptiva cronológica, donde se establece una edad de corte, la cual indicaría el momento de adquisición del concepto. En segunda lugar están aquellos que explican por medio de fases o estadios de desarrollo (Piaget).

En un primer tiempo, el niño aprende que las personas fallecidas ya no están con nosotros (concepto de separación) y que permanecen sin movimiento (cesación de actividad básica), acá el niño es egocéntrico y tiene un pensamiento mágico. En un segundo tiempo o etapa, el infante va adquiriendo una visión especifica y concreta de la muerte, él va comprendiendo la universalidad de la muerte, es decir, que a todo ser vivo le afecta y que la muerte se caracteriza por una cesación de todo tipo de actividad. Además va desarrollando la idea de que la muerte es irrevocable y causada. En el tercer momento el niño piensa la muerte en términos más abstractos

Causas de suicidio infantil y adolescente


Son muchos los agentes causantes del suicidio de niños y adolescentes: conflictos familiares, depresión, dificultades académicas, soledad problemas afectivos, etc. Pero en la mayoría de los casos se atenta contra la propia vida porque fueron victimas de abuso sexual, acompañado de palabras que como: “no sirves para nada”, “eres una bestia”, etc.

También los problemas escolares afectan a los niños entre los 7 y 10 años, quienes a veces no entienden que sus padres utilizan frases simbólicas para amenazarlos, tal como “te voy a matar si pierdes una materia”.

Según, Thomas E. Ellis (2008) hay numerosos caminos que causan los comportamientos disfuncionales Y se requiere de un análisis conductual para descubrir las variables especificas controladoras para actos suicidas específicos en los individuos específicos.

Entre estas variables encontramos:

1. causas del medio ambiente: los eventos del medio ambiente son causas importantes de comportamientos suicidas. La persona suicida es producto de una vulnerabilidad biológica a la desregulación de emociones y ambientes dañinos de la infancia. Los eventos del medio ambiente son la primera causa proximal de una cadena de eventos, que incluyen pensamientos, emociones y conductas disfuncionales que resultan en acciones suicidas especificas.

2. Eventos adversos: los eventos estresantes de la vida llevan a emociones estresantes, depresión y comportamiento suicida. Las conductas suicidas están asociadas con el estatus socioeconómico disminuido y altos niveles de perdidas interpersonales, conflicto, separaciones entre otras.

3. carencia de apoyo social: la falta de apoyo social se asocia con l suicidalidad, pues éste puede ser importante en todos los tipos de comportamiento social por varias razones, ya que, con una red social desatenta, hostil o invalidadota, o en la ausencia de una red social, la crisis de una persona no puede ser reconocida, sobre todo si la persona no comunica de manera clara sus necesidades. En consecuencia el apoyo emocional durante la crisis, la asistencia activa para reducir el estrés y sugerencias de posibles alternativas para resolver los problemas son de gran ayuda para la prevencion y tratamiento.

El suicidio infantil y adolescente


El suicidio infantil es un fenómeno que es un poco confuso ya que la gran mayoría de aportes de niños muertos son considerados como accidentes, causados por la impulsividad del niño.

Pero en realidad los niños también se suicidan y por ello hay que estar más alertas ante las posibles presencias de ideas suicidas de éstos. Aunque las ideas suicidas de los pequeños no son iguales a las de los adultos, se sabe que por diferentes circunstancias se suicidan y que al igual que éstos “internalizan las angustias en forma de sentimientos de culpa, deseo de reunirse con un familiar muerto, perdida de uno de los padres, sentimientos de aislamiento y rechazo familiar. Pero también lo pueden hacer a modo de chantaje hacia los padres porque saben que van a conseguir algo con ello; y lo peor de ello es que el que amenaza algún día lo puede hacer.

La idea de suicidio infantil se convierte así en el sonido de alerta de que algo esta mal para el niño y lo peor es que los padres alegan no saber que esta pasando. Lo cierto es que la idea o el intento de suicidio esta más difundido que el acto mismo y por ello hay que estar pendiente de los pensamientos y sentimientos de los hijos”. (Betancur y Giraldo, 1998: p 19-20)

Estos mismos autores citan a Seiden (1969), quien dice que los jóvenes que intentan autolesionarse casi siempre vienen de un sistema psicosocial alterado, es decir, hay una historia de separaciones y pérdidas repetidas y de padres con habilidades de afrontamiento inadecuadas que tienen dificultad en organizar sus propias vidas y no están al tanto de los problemas de sus hijos. También el joven tiene problemas de conducta y académicos, al igual que interpersonales.

Estudios sobre el suicidio: sociología y psicología.


Hay dos clases de causas a las que se puede atribuir, a priori, la influencia sobre los suicidios: una pertenece a las disposiciones psicológicas de los individuos y la otra es la naturaleza del medio físico. A lo largo de la historia algunos autores han examinado ambos factores desde la psicología y la sociología.

Desde la sociología aparece Durkheim (1897), citado por Gómez y Hernández (1984), quien considera que el suicidio es un exceso o defecto de la integración social de la persona; este reconocido sociólogo, en sus tratados afirma que el suicidio no solo es un problema que se reduce a la mente de algunas personas; sino que éste, es un asunto que también le compete a la sociología, pues el suicidio se produce en una sociedad y se origina por diferentes hechos sociales externos de los individuos suicidas y no pueden ser reducidos a datos psicológicos. Es decir, el suicidio se presenta en distintas sociedades, contextos, como algo que esta en función de condiciones sociales y por esto, para él y la sociología, la unidad de análisis es la sociedad y no el individuo.

Reconociendo la importancia de los estudios presentados por Emile Durkheim; como docentes no solo debemos focalizarnos en síntomas psicológicos, anímicos y corporales, sino también, reconocer los hechos sociales que giran entorno a nuestros estudiantes, es decir, reconocer el tipo de familia en el que habita, creencias, normas, trabajos, economía, presiones educativas, laborales etc.

Durkheim, distingue a la vez tres tipos de suicidio: el egocéntrico, el altruista y el anómico.

El suicidio egocéntrico resulta de una incapacidad para integrarse con la sociedad, es el individuo que fracasa en el mantenimiento de vínculos íntimos, así que se encierra en su propio mundo, donde no puede satisfacer sus constantes deseos. Estos sujetos piensan esencialmente en ellos mismos y mantienen un constante estado de apatía y ausencia de apego a la vida.

El suicidio altruista esta motivado por el deseo de la persona de favorecer objetivos de grupo, es un ser enérgico y apasionado por el bien mayor del grupo; llega a tanto esto que se sacrifica y se desaparece el individuo en aquel, sin pensar siquiera en reivindicar su derecho a la vida.

El suicidio anómico resulta cuando la relación de una persona con la sociedad esta desequilibrada de manera dramática; donde se da una desproporción entre las aspiraciones y las satisfacciones.

Estos mismos autores citan a Freud (1971) para escribir sobre el suicidio desde el aspecto psicológico. Dicen que Freud “afirmo que el odio hacia el yo se observaba en la depresión, procedía de una cólera hacia el objeto amado, cólera que la persona dirigía hacia ella misma. Consideraba el suicidio como la forma externa de este fenómeno y dudaba de que hubiera un suicidio sin el deseo primitivo reprimido de matar a alguna otra persona.

Otros psicoanalistas a partir de lo dicho por Freud, señalan la naturaleza expiatoria de la ira dirigida contra si mismo y su mal encausado propósito adaptativo de reparación con la esperanza del sujeto de ser perdonado y reconciliarse con el objeto de su frustración” (et al: p 17).

Otros autores como Jousset y Moreau de Tours realizaron unas clasificaciones sobre el suicidio. Aclaramos antes que, estos autores consideran a las personas que piensan o intentan el suicidio como enfermos, que de una u otra forma se encuentran clasificados en unos estados psicopáticos. Las reglas esenciales de ésta clasificación son:

1. Suicidio maniático: Se produce como consecuencia de alucinaciones o de concepciones delirantes. El enfermo se mata para escapar a un peligro o a una vergüenza imaginaria o para responder a una orden (algo misterioso que ha recibido de lo alto). Es decir, enfermedad mental o esquizofrenia.

2. Suicidio melancólico: Se relaciona con un estado general de extrema depresión, de exagerada tristeza, que hace que el enfermo no aprecie seriamente los vínculos que tiene con las personas y cosas que le rodean; los placeres carecen para él de atractivo, lo ve todo negro; la vida le parece fastidiosa y dolorida. Es decir, depresión o estados depresivos.

3. suicidio obsesivo: Es este caso el suicidio no se causa por motivo alguno real ni imaginario, sino sólo por la idea fija de la muerte. Este sujeto esta obsesionado por el deseo de matarse, aunque sepa perfectamente que no tiene ningún motivo racional para hacerlo. Es una renuncia que el enfermo hace ante la vida, pues desde que decide matarse, la ansiedad cesa y vuelve la calma.

4. suicidio impulsivo o automático: Carece de razón de ser en la realidad y en la imaginación del enfermo. Solo que en lugar de producirse por una idea fija, que atormenta el espíritu durante un tiempo mas o menos largo y que domina progresivamente a la voluntad, resulta de una impulsión brusca e inmediatamente irresistible.